Durante varios años, las zonas de bajas emisiones (LEZ) han estado cambiando el panorama de la movilidad en Francia y Europa. Diseñadas para reducir la contaminación del aire, estas áreas imponen restricciones de tráfico a los vehículos más contaminantes. Para los administradores de flotas, estos cambios representan tanto un desafío importante como una oportunidad de desarrollo. Entonces, ¿qué es un zona de baja emisión (ZFE), y ¿Cuáles son los impactos concretos en las flotas??
¿Qué es una ZFE?
Una zona de bajas emisiones (ZFE) es un área geográfica cuyo acceso está restringido a vehículos considerados demasiado contaminantes. Estas restricciones se basan en el sistema de pegatinas Crit'Air de Francia, que clasifica los vehículos según sus niveles de emisiones contaminantes.
La ZFE, que ya existe en varias ciudades importantes como París, Lyon y Marsella, se ampliará a todas las aglomeraciones con más de 150 000 habitantes a partir de 2025. Esta reforma, que se deriva de la Ley de Clima y Resiliencia, impone restricciones aún más estrictas. Como resultado, se prohibirá gradualmente la entrada en estas áreas a los vehículos con las pegatinas Crit'Air 4 y 5 y a los vehículos no clasificados.

El impacto de las LEZ en las flotas de vehículos
Las flotas de vehículos están a la vanguardia de estas nuevas normas, ya que algunos o todos sus vehículos clasificados en las categorías 4 y 5 de Crit'Air y los vehículos no clasificados no pueden o ya no podrán conducir en las LEZ, so pena de sanciones.
Esto es aún más cierto con la llegada de los radares equipados con inteligencia artificial, que muy pronto podrán detectar la pegatina y emitir multas directamente en consecuencia.
Por lo tanto, las empresas ya no tienen otra opción: ver aumentar significativamente el número de multas o renovar sus vehículos que no cumplen con las normas en favor de motores que sean más respetuosos con el medio ambiente. En ambos casos, es de esperar un aumento del gasto.
¿Cómo limitar el impacto en las flotas de vehículos?
Ante estos cambios y para lograr una transición energética efectiva, es fundamental comprender completamente los usos de cada vehículo. Más precisamente, ¿cuáles de los vehículos que componen la flota de vehículos circulan realmente dentro de una LEZ?
Un estudio de electrificación, como el propuesto por ÓPTIMO, proporciona una visión general precisa de los usos reales de los vehículos. Más allá de las áreas de tráfico, este estudio permite identificar varios parámetros esenciales para electrificar los «buenos vehículos». Por ejemplo, en función de estos criterios: kilometraje de cada viaje, kilometraje diario, duración y lugar del tiempo de inactividad, etc.
Por lo tanto, este estudio de electrificación proporciona una hoja de ruta real lista para usar:
- identificación de los vehículos que se van a electrificar
- Sugerencias para vehículos de reemplazo
- definición y calibración de las redes de carga eléctrica necesarias (en el hogar, en el sitio de la empresa, en la red pública de carga, etc.).

En conclusión,
Zonas de bajas emisiones representan un punto de inflexión importante para las flotas de vehículos. Si bien estos cambios imponen limitaciones, también abren el camino a oportunidades: modernizar la flota de vehículos, reducir los costos de los usuarios y el impacto ambiental, y cumplir con las regulaciones actuales. Gracias a las soluciones conectadas e innovadoras, como las de OPTIMUM, los gerentes pueden transformar estos desafíos en palancas estratégicas para el futuro.